Espiritualidad

Ser Discípulo de Jesús
es la esencia misma
de nuestra Espiritualidad.

 
A imitación de María, la discípula y seguidora perfecta de su Hijo, vivimos en una constante disposición de escuchar y obedecer a Jesús, nuestro único Maestro: siendo dóciles a la acción del Espíritu Santo que imprime en nosotros los rasgos, las actitudes vitales y el carácter de Cristo, el primer consagrado.