Discípulos de Jesús somos un Instituto religioso clerical de vida consagrada a Dios, que al impulso del Espíritu Santo ha surgido en la Iglesia y para la Iglesia, bajo la autoridad del Papa y los Obispos. Dentro del Instituto se da tanto la consagración clerical como laical.
Los fieles cristianos que movidos por el Espíritu Santo ingresamos a este Instituto nos ofrecemos para ser consagrados totalmente a Dios como Discípulos de Jesús, imitándolo en su virginidad, su pobreza y su obediencia, con el deseo de vivir más plenamente el amor a Dios y al prójimo y poder servir con mayor dedicación a la Iglesia y contribuir a la salvación del mundo. De esta manera, vivimos más profundamente el misterio de la Iglesia y preanunciamos su gloria venidera.
El fundamento evangélico de nuestra consagración se basa en la especial relación que Jesús establece con sus discípulos invitando a algunos no sólo a acoger el Reino en su persona, sino a poner toda su existencia al servicio de esta causa, dejándolo todo para seguirlo imitando su misma forma de vida.
Los miembros de este Instituto vivimos, como Jesús y sus discípulos, vida fraterna en común promoviendo todo aquello que la favorezca y evitando todo lo que es incompatible con ella.
En este Instituto los religiosos que han hecho su profesión perpetua pueden recibir el ministerio de presbíteros mediante el sacramento del orden, cumpliendo previamente lo señalado por el Derecho universal.